Entrevista a Alberto Navalón, escritor cacereño: «Para mi es un triunfo estar hoy aquí en la Casa de Extremadura de Getafe presentando mi libro»

Con motivo de la presentación del libro Brasero de herejes del escritor Alberto Navalón, en la Casa Regional de Extremadura en Getafe, aprovechamos para entrevistar a este autor cacereño.

-¿Qué nos podría decir de su novela Brasero de herejes que presenta hoy aquí?

Brasero de Herejes trata de un recorrido en la España del siglo XVI que es enormemente desconocido, arranca en los autos de fe de Valladolid de 1559 y luego hablo de la Inquisición en Galicia, que es a lo que he enfocado el libro.

¿Por qué se instauró allí en Galicia? ¿Cuáles fueron los motivos? ¿Quién fue el impulsor real de hacerlo? Pues había un periodo difícil en Galicia y los inquisidores tenían que ir desde Valladolid en las visitas de distrito y como era muy cansado, pues insistieron en implantar allí el tribunal. Pero la audiencia real de Galicia, el cabildo de allí y el arzobispado de Santiago de Compostela se negaban, porque era un poder superior a ellos, por lo que tuvo que intervenir Felipe II.

-¿Por qué decidió escribir esta novela?

Esta es la primera parte de una novela que se escribió en 2010, Nieblas de noviembre, donde unos moriscos asesinan en un valle perdido de Galicia, en el valle del Caurel, a dos miembros de la Inquisición, un año después de instaurarse el tribunal en Santiago de Compostela y de ese asesinato se crea una leyenda negra.

Entonces, yo lo trasladé a Galicia porque pensé que la Inquisición allí habría sido más sangrienta, que la Inquisición quemaría a las brujas, las ‘meigas’ como dicen allí. Pero para mi sorpresa, se instauró allí por otro motivo. Y como había decidido hacer la novela de Nieblas de noviembre allí en Galicia, pues la hice.

Después, cuando alguien me comentó que había que hacer una novela histórica pensé que la historia podía ser la de estos moriscos desde que abandonan Cuenca hasta que intentan salir por A Coruña unos años después con destino Gran Bretaña.

-¿Por qué la España del siglo XVI?

Por el año en el que se instauró la Inquisición en Galicia, en Santiago de Compostela, que fue en 1574, por orden de Felipe II. Porque a los inquisidores de Valladolid, que estaban hartos de mandar cartas a la corona diciendo que había que instaurarla, no se le hacía caso y Felipe II dijo que se tenía que instaurar allí.

Me gustó mucho esa idea de ser el último tribunal y, además, estar ordenado por Felipe II, y dije pues me voy a Galicia.

«Escribí mi primera novela para que mi hijo dijese «papá ha escrito un libro»»

Alberto Navalón

-¿De dónde le viene su pasión por la escritura?

Todo de casualidad, otra de las artes que practico es la fotografía, que antes me dedicaba más a ello y entonces hicimos una exposición hace ya tiempo en el Hospital San Pedro de Alcántara en Cáceres en el hall, con 10 fotógrafos más que habíamos viajado por el mundo.

Y justo yo estaba cuidando a un familiar en el hospital y tenía el prólogo de la exposición que había escrito yo y estaba tan aburrido que me puse a escribir la continuación del prólogo y así voy ya por la décima novela. Y todo de casualidad, porque alguien dijo que la primera novela estaba muy bien cuatro años después de escribirla.

La primera novela se titula Ojos negros está ambientada en la Sierra de Gata y la escribí de casualidad para que mi hijo dijese “papá ha escrito un libro”, pero alguien la leyó cuatro años después y dijo que había que publicarla.

-¿Qué destacaría de su manera de escribir?

Me gusta mucho describir lo máximo posible los lugares y para ello suelo visitarlos, siempre que se pueda.

Con la tercera parte de Ojos negros, que se titula Curvas de La Habana, al tratar de una historia donde el protagonista es un mendigo, que por infortunios de la vida se ha visto sin trabajo y viviendo en la calle, para ambientarla estuve en esos comedores sociales de Toledo haciéndome pasar por un mendigo.

De hecho, cuando la presenté en la Biblioteca de Cáceres me vestí de mendigo y estuve pidiendo en la puerta de la biblioteca. Cuando empezó la presentación entré pidiendo a los asistentes y me senté entre los presentadores. Entonces, cuando me dieron paso empecé a quitarme la ropa de mendigo y ponerme la ropa de escritor y ya me presenté.

Y en la Feria del Libro de Cáceres hice lo mismo, estuve disfrazado de mendigo por toda la feria regalando piruletas con forma de corazón y una octavilla invitando a la gente a la presentación. Esas piruletas con forma de corazón simbolizaban que alguien que no tiene nada lo único que te puede dar es amor, y me pareció buena idea.  

-¿Suele viajar a todos los lugares que aparecen en su novela para ambientarla?

Siempre visito los escenarios de las novelas, por ejemplo, en Ojos negros hablo de Marruecos, o cuando hablo de Cuba, al final son lugares que conozco porque he estado en ellos. Son escenarios reales que yo conozco y si no lo conozco me voy.

Por ejemplo, en Lágrimas para otra vida, que trata de maltrato está ambientada en Zuheros en Córdoba, que ya había estado una vez, pero volví para asegurar ciertos detalles de mi novela.

Yo escribo desde el emplazamiento, sea cual sea. Es más, al final de cada novela pongo las coordenadas GPS de las escenas.

«Prefiero no fijarme en nada de lo que lea, porque tengo mi propio estilo»

Alberto Navalón

-¿Cuáles son sus referentes en el mundo literario?

He leído autores, pero prefiero no contaminarme de ninguno, al igual que me pasaba con la fotografía, que fui autodidacta.

Yo a nivel de literatura por mucho que lea prefiero no fijarme en nada de lo que lea, porque yo tengo mi propio estilo. Me han comparado con muchas personas, por ejemplo, con Pío Baroja, Miguel Delibes… Porque dicen “eres superdescriptivo”, de hecho me han dicho que soy hiperrealista en las descripciones.

Y tengo una anécdota muy buena, una vez se me acercó una señora en la cola de un restaurante y me dijo que había estado en una presentación mía y que en uno de mis libros describo una casa, que quería saber dónde estaba esa casa. Le dije donde era, me contestó que era su casa y que la había reconocido.

Me han dicho que en mis novelas hay olores, hay sabores… todo esto gracias a las descripciones, que lo que leen lo sienten y ese es el mejor halago que me han hecho.

-¿Cuál ha sido el último libro que ha leído?

Extremadura Tierra de Brujas de Fermín Mayorga. Ahora voy a empezar a leer otro que se titula Brujas. Todo para documentarme para mi próxima novela.

Pero la última novela que leí fue La familia de Manuel de Crispín García Paule, que es un escritor de Ahigal. El libro trata de cómo se vivía tan duramente en la época del hambre, de la posguerra. Y esa novela la recomiendo al 100%.

-¿Cuál es su próximo proyecto literario?

Siempre me he visto en la deuda de hacerle una novela a mi ciudad, a Cáceres. Y el siguiente proyecto, que es mi décima novela, va dedicado a Cáceres en el siglo XVII, que no hay mucha información, pero donde hablo sobre brujerías, exorcismos y hechicerías.

Me pareció buena idea unir superstición, magia, los exorcismos, en un Cáceres del siglo XVII, pero no con nobles, sino basándome en gente humilde, de los arrabales.

-¿Crees que se le valora en tu tierra?

Yo tengo la suerte de escribir, tengo la suerte de haber presentado en la Feria del Libro de Cáceres, de haber llenado, de haber agotado ejemplares, todo esto es mi mejor premio.

Lo que ocurre es que cuando solicito presentar mis libros en los pueblos de Extremadura, en las bibliotecas, en las asociaciones, en los clubs de lecturas, pues me contesta el 20%.

Soy afortunado de haber presentado con éxito en Cáceres, pero me da rabia todo lo que cuesta presentar en Extremadura.

Para mi es un triunfo estar hoy aquí en la Casa de Extremadura de Getafe presentando mi libro, solamente por el hecho de haberme dicho que sí.